Por Manuel Antonio Garretón M.
Este trabajo fue publicado originalmente en Varios autores (2021), Universidad pública, crisis y democracia, Santiago: Editorial Universitaria.
Chile vive una crisis de su modelo económico, social y político cuyos orígenes se arrastran desde hace décadas, pero cuya máxima expresión fue el “estallido social” de octubre de 2019, que llevó, como salida institucional, al proceso constituyente acordado por las fuerzas políticas en noviembre de ese año. Este proceso se inauguró con el plebiscito de octubre de 2020 en que, por gran mayoría, se decidió la generación de una nueva Constitución elaborada por una Convención. Su elección se suspendió dos veces por la emergencia de la pandemia de Covid19 y finalmente se realizó en mayo de 2021 para instalarse en julio del mismo año. La crisis económica y social expresada en el estallido social de 2019 se entrelaza con la provocada por la pandemia, pero ambas están atravesadas por un cambio epocal de diversas dimensiones, como la crisis climática, el advenimiento de la sociedad digital o de la comunicación, la búsqueda de la superación del patriarcado y la crisis de la política. Todo lo anterior le da a la salida mencionada el carácter de momento refundacional que analizamos en este artículo.
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