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  • Foto del escritorAldo Frites

"El Lucro es un Robo", por Richard Wolff

Actualizado: 6 abr 2022


Ahora cuando estas escuchando esto, te han robado. Un trozo de todo lo que tu trabajo duro crea, te esta siendo arrebatado. Y es un sistema llamado capitalismo el que te está robando. Todos los días, cuando te registras en el trabajo para su jefe, se aprovechan de ti y te roban. Se te está privando del valor total de lo que contribuyes.

Déjame desglosarlo.

Un capitalista no es alguien con sombrero de copa quemando libros de la biblioteca para dirigir una fábrica de miseria.

Quien pone capital -dinero- para poner en movimiento a los trabajadores se convierte en capitalista, es decir, actúa como capitalista.

Y cuál es su meta?

La gente te dirá que es la innovación o la competencia, pero en el mundo real es bastante simple: los capitalistas tienen un objetivo y ese objetivo es obtener lucro.

Perseguir lucro para acumular dinero es como opera el capitalismo. Esa es la "naturaleza de la bestia". Es el impulso particular del capitalismo. Eso no hace que los capitalistas sean personalmente codiciosos, aunque algunos podrían serlo. Ni siquiera estamos hablando del bien o del mal aquí: los capitalistas necesitan maximizar las ganancias, excluyendo todas las demás consideraciones, o serán devorados por capitalistas que son más astutos o más despiadados que ellos. Esa es la ley de la selva del mercado.

Asi es que los capitalistas necesitan el lucro para sobrevivir, pero ¿de dónde viene este lucro? Ahí es donde entras tú. Literalmente, la ganancia proviene de ti.

Aquí un pequeño experimento mental: conozcan a Harold. Harold, tiene una cadena de edificios llenos de cocinas, llenas de ingredientes, pero Harold no sabe cómo hacer una hamburguesa por si mismo. ¿Cómo logra Harold que alguien haga suficientes hamburguesas para poder venderlas y obtener ganancias? No es una pregunta capciosa: ¡él te paga! Porque tú sabes cómo hacer realmente buenas hamburguesas. El dinero que él usa para pagarte es lo que llamamos “capital”, ese es el dinero usado para poner la producción en movimiento. Digamos que Harold gastó 1000 dólares comprando todos los ingredientes en el restaurante, y después que tú trabajas algunas semanas ahí, transformando los ingredientes en hamburguesas, ellas se vendieron en 3000 dólares. ¡No esta mal! Tú agregaste 2000 dólares de valor al precio de los ingredientes, pero espera, ¡tú no obtienes todo ese dinero! Porque Harlod ahora tiene 3000 dólares en sus manos: 1000 dólares sólo compensan el costo de los ingredientes, y si tú fueras pagado por el valor total de tu trabajo, estarías haciendo 2000 dólares. Pero entonces Harold sólo estaría alcanzando el punto de equilibrio con las hamburguesas y necesita obtener ganancias para sobrevivir. Así que Harold decide no pagarte el valor total de tu trabajo. Tal vez te pague sólo 1000 dolares del valor que produjiste. Puede ser que él te pague 1500 dólares, no importa cuánto, ¡tú has sido robado!

Tú gastaste más en tu trabajo de lo que fuiste compensado.

Pero aquí está la sucia verdad: la historia no termina contigo y Harold. Este proceso ocurre a lo largo de todo tu pueblo, ciudad, región, país y el mundo entero: los ricos se hacen más ricos y el pequeño apenas sobrevive…

Nosotros llamamos al proceso en que el jefe te esta robando, explotación. No lo decimos en un sentido emocional sobre cómo nos sentimos al respecto, sino algo que en realidad es un fenómeno económico documentado: la brecha entre cuánto produce el trabajador y cuánto le pagan.

La explotación es una característica universal de las economías capitalistas. Y no terminas nunca: el sistema requiere más y más explotación, pagar menos a los trabajadores, hacer que trabajen más o hacerlos más productivos sin aumentar sus salarios.

Cuando ves en el periódico que una empresa alcanza ganancias récords, eso es lo que ellos estan haciendo: tu trabajo duro está produciendo más valor, pero tú no estás obteniendo la suficiente compensación a cambio.

Hay decenas de miles de Harolds por ahí. Pero miles de millones de personas como tú.

Tú y Harold son dos tipos diferentes de personas. Ustedes pertenecen a clases diferentes: hay capitalistas que poseen los medios para producir bienes y servicios, y hay trabajadores que sólo tienen su propio trabajo para sobrevivir. Los capitalistas se apropian del valor que crea la labor del trabajador y lo conservan para ellos mismos.

Y tú no eres inmune a eso. En cualquier trabajo que te desempeñes, la condición de tu empleo es que tú produzcas más con tu trabajo de lo que te pagan por él.

Así, en el sistema capitalista, nadie es compensado por su valor. Toda ganancia es extracción de valor. Y eso significa que todo lucro es un robo que te hacen.

Richard Wolff, profesor de economia de la Universidad New School para el Instituto Gravel.

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