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El modo de producción neoliberal ¿Cómo combatirlo?

Invitamos a la conferencia que el próximo sábado 23 de enero a las 11:00 horas dictará Guy Bajoit, sociólogo, profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina y presidente del Centro Tricontinental (CETRI). Junto con ello compartimos su texto Ser Socialista en el siglo XXI (diciembre de 2020).

 

Ser Socialista en el siglo XX1


Guy Bajoit[1]

Diciembre 2020

[1] Profesor emérito de Sociología de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y Presidente del CETRI.


Mi objetivo aquí es hacer comprender que las luchas de clase de hoy no son las mismas de ayer, y ello, porque el modo capitalista de producción de la riqueza económica tampoco es el mismo. Desde del último tercio del siglo XX, el modo de producción del “capitalismo industrial nacional y proteccionista” perdió su puesto dominante y fue remplazado por el modo de producción du “capitalismo néoliberal mundializado y desregulado”.


Si quiero hacer comprender esto, es por una razón muy importante: si el modo dominante de producción cambió, las clases sociales tampoco son las mismas y, por supuesto que las luchas de clase y los desafíos son diferentes de lo que fueron (hasta más o menos 1975-1980). Y si las luchas de clases son diferentes, debemos cambiar “nuestra manera de ser socialista” o si prefieren “nuestra manera de ser de izquierda”.


Dada la relativa complejidad del tema, lo abordaré en dos partes: en la primera parte precisaremos el “modo de producción”; y en la segunda analizaremos el “modo de producción capitalista neoliberal”, tal y como funciona actualmente.


Primera Parte


¿Qué es un modo de producción?


1- Un modo de producción es una manera de obtener que una clase productora (obreros, campesinos) trabaje para producir riqueza económica la que será apropiada y administrada por una clase de empresarios (patrones, gerentes).


¿Riqueza económica?: Todo bien o servicio susceptible de satisfacer una necesidad (valor de uso) y que puede ser intercambiada con otros bienes o servicios (valor de cambio, especialmente el dinero).


¿Clase productora?: Aquellos que están obligados a aceptar trabajar sabiendo que son otros los que se apropiarán del fruto de su trabajo y que lo administrarán de manera a obtener beneficios.


La razón por la cual están obligados a entrar en esta relación, es una necesidad vital (para sobrevivir, necesitan tener tierras, dinero, de una red comercial, fuerza militar, de disponer libremente de su cuerpo, de confianza en el porvenir, de medios de producción, de satisfacer necesidades de consumo que juzgan esencial, etc.): si ellos no aceptan entrar en esta relación, se mueren físicamente, o al menos ¡socialmente!


¿Clase empresarial? Aquellos que poseen los medios para satisfacer esas necesidades vitales: poseen la tierra, el dinero, las redes comerciales, los medios de producción, los recursos para establecer la seguridad, los medios para establecer la confianza en el futuro, y los bienes y servicios para satisfacer las necesidades consideradas como esenciales. Ellos poseen estos recursos y pueden, si quieren, ponerlos a disposición de los necesitados… a condición que éstos acepten trabajar para ellos; y en el marco de una relación en las cuales las reglas las fijan ellos. Las condiciones que la clase empresarial (gerentes) imponen, son: por un lado, que los frutos del trabajo de la clase “productora” sean apropiados por ella; y por el otro lado, tener el derecho de administrarlos libremente, es decir, decidir sobre el uso social que harán de ellos.


2- No hay sociedades sin clases (salvo, quizás, las sociedades de subsistencia pura, donde cada familia se ocupa de ella misma y produce los bienes necesarios para su propia subsistencia).


Pero ya no vivimos, desde hace milenios en sociedades de cazadores- colectores. Desde la sedentarización, existe la división social del trabajo, y mientras más compleja es más se hace necesario que exista, a lo menos una clase productora: aquella cuya función social consiste en trabajar no sólo para sobrevivir ella misma, sino también para que todos aquellos que cumplen otras funciones sociales indispensables, (tener hijos y educarlos, enseñar, hacer leyes, juzgar, gobernar, mantener el orden, defender la comunidad, hacer la guerra, “¡rogar por nosotros!”, etc…), puedan también sobrevivir y cumplir con sus roles.


Bien, se podría decir: "de acuerdo", tiene que haber una clase productora, y es obvio... pero... ¿por qué tiene que haber una clase empresarial? Ya lo has comprendido: ... porque es ella quien tiene los medios para satisfacer las necesidades vitales de las que padece la clase productora: sin estos medios ella se muere materialmente o socialmente, ¡porque esos medios son vitales!


En consecuencia, el tiempo de trabajo de la clase productora consta siempre de dos partes. Durante la primera parte ella produce bienes y servicios cuyo valor de cambio corresponde al salario que le paga la clase directiva y que debe permitirle, comprar los bienes y servicios necesarios para su propia supervivencia y la de las familias que dependen de ella (es el "trabajo necesario"): aquí, la clase empresarial no gana nada, (se apropia de los productos, los vende y paga el salario). Al contrario, en la segunda parte de su tiempo trabajo, la clase productora realiza un excedente de riqueza (excedente que no le es necesario para merecer su salario), y que es también apropiada por la clase empresarial, quien la va a administrar como se le antoje, en función de sus intereses. Este excedente es el resultado de una "sobre-carga" de trabajo: un trabajo gratuito (no destinado a remunerar el trabajo de la clase productora).


De esta manera, la clase empresarial se apropia y administra la totalidad de las riquezas producidas por la clase productiva: con una parte de ellas paga los salarios y los gastos inherentes al trabajo; y en cuanto al excedente, ella decide libremente del uso social que hará de él.


3- Todos los modos de producción operan según las reglas formales que acabo de enunciar; ya sean los que distinguió Marx (esclavizador, feudal, artesanal-mercantil, capitalista y socialista), u otros, en los que la necesidad vital es principalmente cultural, es decir psicológica (miedo a perder la libertad, miedo a la maldición eterna, miedo a ser desterrado de la tribu o de la ciudad, etc.). Y aquí quiero insistir en un punto, el capitalismo que los socialistas han considerado como “el diablo personificado” no es, históricamente, ni peor ni mejor que los otros modos de producción. El único modo de producción del cual podemos decir, con toda certeza, que es mejor, es el modo de producción autogestionario. Aunque, comporta también clases sociales: los trabajadores que producen la riqueza (clase productora) y los elegidos para administrar (clase de gerentes).


En lo que concierne el modo de producción comunista también tiene, clases sociales, los trabajadores que producen la riqueza y los dirigentes del Partido que controlan el Estado. Decir que la sociedad comunista es “una sociedad sin clases” o que es una “dictadura del proletariado” es una mistificación ideológica; que tiene como función política prohibir la lucha de clases. Es una “dictadura (de los dirigentes políticos del partido que pretenden representar los intereses del "proletariado”) pero cuyo interés es olvidarlos; (los intereses del proletariado).


4- El problema (social, político, ético) no es que haya clases sociales en una sociedad (ellas se han hecho necesarias por la división del trabajo), tampoco lo es el hecho de que la clase productora esté obligada a generar un excedente de riqueza (que esté forzada a producir más de lo que ella consume), ni que el excedente sea administrado por una clase empresarial (gestión que es siempre necesaria). El problema es otro: y está en el uso social que la clase empresarial hace de la riqueza producida por el trabajo necesario y por la sobre-carga del mismo. Aunque que ella puede, efectivamente, hacer dos usos: un “uso dominante” y/u otro “uso dirigente” como lo muestra claramente el cuadro siguiente.

Modos de administrar la riqueza económica:

Uso “dominante” (según los intereses privados de la clase empresarial)


Uso “dirigente” (según el interés general de toda la colectividad)


Producida por el trabajo necesario:


Reducir lo más posible los costos de la fuerza de trabajo (salarios y el seguro social).


Pagar una justa remuneración del trabajo y asegurar a la clase productiva condiciones dignas de trabajo y de vida.


Producida por el excedente del trabajo:

Aumentar lo más posible las ganancias de la clase empresarial ignorando el interés general.


Financiar al Estado (pagar sus impuestos) y respetar a los consumidores y el medio ambiente.

La clase empresarial tiene siempre la tendencia espontánea a ser más “dominante” que “dirigente” (veremos más adelante el porqué: (ver punto 8). Concretamente: la tendencia es de reducir los costos del trabajo necesario (reduciendo los salarios, dejando degradarse las condiciones de trabajo y de vida de la clase productora) y a despilfarrar el fruto del excedente de trabajo (atribuyéndose privilegios, viviendo en el lujo, pagando los menos impuestos posibles, exigiendo ventajas tributarias, no reinvirtiendo, engañando a los consumidores, destruyendo el medio ambiente y no reinvirtiendo para crear puestos de trabajo).


La historia nos ha enseñado que, la clase empresarial se vuelve menos dominante (o más dirigente) sólo si es forzada, ya sea por un poderoso movimiento social con una clase dirigente unida y organizada, que ponga en peligro su modo de administrar la riqueza (exigiendo reformas); ya sea por un poderoso movimiento político que tenga como objetivo suprimirla en tanto que clase empresarial (amenaza de revolución); dicho de otra forma, si no está obligada, tenderá a administrar las riqueza para servir sus intereses , los de sus colaboradores y aliados.


5- El capitalismo ha mostrado, históricamente, una capacidad excepcional de mutación: ha cambiado muchas veces de modo de producción para adaptarse a las nuevas condiciones de existencia. Podemos distinguir a lo menos cuatro (que describiré rápidamente):


a- El capitalismo artesano-mercantil; nació en plena edad media (en las ciudadelas italianas y luego se extendió a las ciudades de Europa Occidental) en los siglos XIV, XV. La clase productiva estaba constituida por artesanos que trabajaban en sus casas, en sus pequeños talleres donde producían bienes diversos. Vivían en general en pequeños poblados, donde al mismo tiempo ejercían como pequeños agricultores, algunos ya instalados en ciudades. Sus necesidades vitales eran los medios de transporte y las redes comerciales para vender sus productos. La clase dirigente eran los grandes comerciantes de las ciudades y los armadores. Compraban los productos de los artesanos y los vendían en otras ciudades más o menos lejanas. Más tarde abastecerían a los artesanos de materias primas y de las maquinarias rudimentarias necesarias para producir más, más rápido y mejor. Este modo de producción es el que los británicos llamaban “Domestic system”; por supuesto, los comerciantes compraban las mercaderías al precio más bajo posible, para venderlas lo más alto posible. Por otro lado, hacían comercio en los dos sentidos, los barcos volvían de Asia cargados con mercaderías de lujo que compraban por casi nada, para venderlas a los patriarcas urbanos, a los “burgueses” de las ciudades Europeas.


b- El capitalismo industrial salvaje (el que los británicos llamaron « Factory system ») nació en Gran Bretaña a los fines del siglo XVIII, y se desarrolló en Europa occidental (y en los Estados Unidos) en los siglos XIX y XX. Como bien lo percibiera K. Marx es un “crecimiento de las fuerzas productivas” lo que “conmocionó las relaciones sociales de producción”[1] y que hizo mutar al capitalismo. De hecho, es ahí cuando las máquinas cada vez más complejas (crecimiento de las fuerzas productivas), empiezan a intervenir en el proceso de producción (agrícola o industrial); los campesinos-artesanos, sin los medios para adquirir dichas máquinas (medios de producción), se vieron obligados, para sobrevivir, a abandonar sus campos y los artesanos sus talleres. Es así como se transformaron en proletarios, trabajando en las manufactureras instaladas en las ciudades, y viviendo en suburbios miserables a los pies de las fábricas (cambio radical de las relaciones sociales de producción)[2]. Hubo entonces, dos clases que todo el mundo conoce muy bien: la burguesía y el proletariado con un modo de producción específico, que K. Marx analizó magistralmente en "El Capital."


c- El capitalismo proteccionista, regulado por el Estado Nacional nació de la evolución del precedente: EL Estado-Providencia. Apareció en Europa occidental a fines del siglo XIX y sobre todo en el siglo XX, posterior a las grandes crisis económicas (entre 1873 y 1929) y las dos guerras mundiales, que el capitalismo salvaje había engendrado. Mientras la Gran Bretaña seguía en su vía liberal, la modernización industrial fue retomada por otros países tomando otros rumbos: la vía nacionalista alemana y la vía socialdemócrata-escandinava. El modo de producción quedó igual, pero los lugares del Estado y el del movimiento obrero cambiaron radicalmente. Una vez más el aumento de las fuerzas productivas es el factor determinante de cambio en las relaciones sociales de producción. Las innombrables innovaciones tecnológicas, producto de los descubrimientos científicos, hicieron posible un constante aumento de la productividad del trabajo. Al mismo tiempo el movimiento obrero se volvía más amenazante y exigente (y una revolución comunista ya había surgido en Rusia en 1917). Estos hechos, tomados juntos, combinados, explican el porqué algunos jefes de estado occidentales pudieron convencer a las burguesías capitalistas, de la urgencia de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera para así evitar lo peor (la revolución). Además, no solamente era urgente, sino muy posible, gracias al constante aumento de la productividad laboral y de los enormes beneficios que estaban obteniendo las empresas. En consecuencia, en Estados Unidos y luego en Gran Bretaña, ciertos dirigentes políticos (Franklin Roosevelt, el Partido Laborista británico, el Frente popular en Francia, los social-demócratas suecos, daneses, noruegos), también científicos, (John M. Keynes), algunos dueños de empresas (Henry Ford), innovadores (Taylor), obtuvieron lo que se llamó el « New Deal » (el nuevo reparto de las ganancias de la productividad del trabajo). Esto llevó a Europa Occidental al Estado de Bienestar; que comenzó tímidamente en los años 1930 y que se instaló después de la segunda Guerra con el Nuevo Pacto Social. Como es sabido, muy diferente fue en Alemania a causa de la vía nacionalista que siguieron los Reich (el de Bismarck de 1871 al 1919, luego el de Hitler de 1933 al 1945).


d- El capitalismo neoliberal desregulado y globalizado. Después de los “Treinta años gloriosos” (desde el 1945 a 1975) y los “Golden sixties” (los años 60), se produce una nueva crisis profunda (en 1973). Antes de hacer el análisis (ver la segunda parte), quiero hacer notar que una vez más, es el crecimiento de las fuerzas productivas lo que permite explicar el cambio del modo de producción dominante. Las innovaciones se produjeron, esta vez en el ámbito de la informática, de la robótica, de la inteligencia artificial, de la genética, etc. Ellas vuelven a provocar un fuerte aumento de la productividad laboral; tan fuerte, que las empresas que no pudieron racionalizar su funcionamiento para adoptar las nuevas tecnologías, quebraron o bien fueron absorbidas por otras; lo que tuvo como consecuencia la concentración del capital cada vez en menos manos. De ahí la cesantía estructural, cada vez mas difícil de resolver: ya no hay puestos de trabajo para todos; y no se ve cómo esto pudiera cambiar en un futuro. El alza de la productividad del trabajo, permite a las empresas hoy, saturar el mercado, lo que explica muchas cosas: como que hubiese que suprimir los derechos de aduana (volver al libre intercambio liberal); que la competencia reine en el mundo y en todos los ámbitos (entre los Estados, entre las empresas, entre los individuos); que las empresas trasladen sus actividades en los países donde los costos de producción son los más bajos, etc…


Pero, ello explica, sobre todo que una vez más, el modo de producción capitalista ha cambiado; que las clases sociales no son las mismas; y que por consecuencia las luchas de clases deben repensarse por completo[3]. ¡Y es eso lo que quería demostrar!



Segunda Parte

El modo de producción del Capitalismo Neoliberal


6- Par identificar un modo de producción hay que saber por lo menos cuatro cosas:

a- ¿Qué necesidad vital obliga a la clase productora a asumir una sobre-carga de trabajo que genere un excedente? En consecuencia, ¿Quién o quienes forman parte de la clase productora?


b- ¿De qué manera la clase empresarial o gestionaria se apropia de la riqueza producida por la clase productora? Y, entonces, ¿Quién o quiénes constituyen la clase empresarial?


c- ¿Cómo la clase empresarial justifica la dominación que ejerce sobre la clase productora?


d- ¿En nombre de qué la clase productora puede exigir de la clase empresarial que sea menos “dominante” y más “dirigente”? dicho de otra manera; ¿Que es lo estratégico que permite a la clase empresarial reproducirse en su posición de clase?

Quien conozca la respuesta a éstas cuatro preguntas sabrá también: ¿Cuáles son las clases sociales? ¿Quién domina a quien y cómo? ¿En que derecho cultural legítimo reposa la dominación? Y, ¿Qué hay que hacer para que el modo de producción sea más soportable (reformas) o si remplazarlo por otro (revolución)?


7- El modo de producción du capitalismo neoliberal


Retomemos las preguntas que hicimos en el punto 6 para analizar en qué consiste el modo de producción del capitalismo neoliberal.


a- ¿Qué necesidad vital obliga a la clase productora a asumir una sobrecarga de trabajo que genere un excedente? Y, entonces, ¿Quién o quiénes forman parte de la clase productora?


La clase productora del capitalismo está formada por el conjunto de individuos cuyas necesidades de consumo son manipuladas por la publicidad y los medios de comunicación. La necesidad de consumir que sienten es cultural y psicológica: experimentan el deseo incontenible de disfrutar del placer de tener para ser[4]. ¿Tener qué?: bienes y servicios que pueden encontrar en el mercado a condición, por supuesto, de poder pagarlos, sea al contado o al crédito. Y, el endeudamiento forma, por supuesto, parte de la manipulación. Si no pueden satisfacer esta necesidad, lo resienten como una negación de su ser personal en el mundo social que los rodea y del cual forman parte. Ellos ya no "son" o son "menos" por el hecho de no tener... ¿Ellos no son qué? Lo que la cultura reinante hoy y, sobre todo, lo que la ideología neoliberal quiere que sean y que no deja de repetir: “Sé tu mismo”, “Elige tu vida”, “Decide por ti mismo”, “Siéntete bien en tu cabeza, en tu corazón y en tu cuerpo: sé feliz”. Sus necesidades, son entonces, vitales: es su identidad personal la que está amenazada; y, si no son capaces de enfrentar el desafío de convertirse en "ellos mismos", es que son “nulos”, “cobardes” (“loosers”), son nada o nadie ante los otros. Son víctimas de la alienación que existe hoy: alienación creada por la ideología neoliberal que consiguió convencerles que para convertirse en uno mismo, hay que ser un Consumidor insaciable, un Competidor implacable y siempre Conectado a las redes sociales: Un “individuo CCC”. Para satisfacer esta necesidad vital están dispuestos a trabajar para comprar y pagar sus deudas, que es exactamente lo que espera de ellos la clase empresarial neoliberal.


b- ¿De qué manera la clase empresarial o gestionaria se apropia de la riqueza producida por la clase productora? Y entonces, ¿Quién o quiénes son la clase empresarial?

La clase que administra el capitalismo neoliberal, está formada por aquellos que saben como obtener ganancias comerciales (vendiendo bienes y servicios) y ganancias financieras (prestando dinero y especulando con los precios).


Lo que es esencial para un inversionista que forma parte de ésta clase para mantenerse en ella y prosperar, ya no es, como ayer, saber producir explotando la mano de obra en las fábricas; sino saber crear necesidades en los consumidores, para poder prestar dinero y vender bienes y servicios. Y, para hacer eso debe ser competitivo (más competitivo que los otros, de lo contrario será eliminado por ellos: ver el punto siguiente). Y para ser más competitivo debe conseguir ayuda. La clase gerencial neoliberal puede contar con algunos colaboradores abnegados y bien remunerados.


Para mi hay mas o menos siete: (1) los managers que saben como dirigir las empresas para que sean competitivas y ganar mercados; (2) las agencias de calificación de riesgos que saben como evaluar la salud financiera de los Estados y de las empresas y que informan a los bancos, a las empresas y a sus accionarios de adonde colocar sus inversiones y especular; (3) las agencias de publicidad que saben como crear nuevas necesidades (a partir de una demanda solvente) y como manipular los clientes; (4) agencias de innovación que saben como crear en permanencia, novedosas técnicas, entre las cuales la obsolescencia programada. (5) Oficinas de abogados comerciales que saben como eludir las leyes para pagar menos o nada de impuestos; (6) grupos de presión (lobbies) que seducen y corrompen las administraciones públicas y a los políticos para conseguir sus favores y, finalmente; (7) pueden contar con algunos dirigentes políticos de los Estados nacionales que les abren ampliamente las puertas de sus países y que ofrecen regalos fiscales para atraer las inversiones extranjeras.


c- ¿Cómo la clase empresaria justifica la dominación que ejerce sobre la clase productora


Según la ideología liberal elle no domina: ¡Ella protege! ¿Y? protege a quien? A los consumidores, es decir, a la clase dominada. ¿Cómo?: seleccionando, gracias a la competencia que las empresas están obligadas a practicar entre ellas, (en nombre de la libertad de comercio), los productos de calidad siempre mejores y más baratos. Realizando así una mistificación ideológica muy común: invocando razones legítimas, por lo tanto, aceptables, (protección de los consumidores), para no tener que admitir las ilegítimas y por tanto inconfesables, las cuales sí son las verdaderas razones (obtener ganancias comerciales y financieras). En efecto, la lógica de competencia en la que se desenvuelve esta clase, le hace hacer exactamente lo contrario de lo que dice: no respeta ni a sus trabajadores, ni a sus consumidores, ni al medio ambiente, ni al Estado, ni al interés general (como veremos más adelante).


d- ¿En nombre de qué la clase productora puede exigir que la clase empresarial sea menos “dominante” y más “dirigente”?


Para que una clase productora pueda obtener de una clase empresarial que sea más dirigente (puede ver el punto 4 más arriba) debe atacarla en lo que es estratégicamente necesario para que ésta pueda reproducirse y crecer[5]. Sin embargo, lo estratégico para que los miembros de la clase neoliberal se reproduzcan y enriquezcan es, "ser competitivos», para ser competitivos lo más importante es reducir los costos de producción para conquistar nuevos mercados comerciales y financieros. Entonces, debemos preguntarnos ¿Que hace la clase capitalista neoliberal para disminuir sus costos de producción? Ya que, es eso lo estratégico, y lo que hay que combatir. Entonces, ¿Qué hacen los miembros de la clase neoliberal para reducir los costos de producción?


- Precarizar a los trabajadores: pagándoles salarios lo más bajos posibles; proponiendo principalmente contratos a duración determinada; exigiendo medidas de despidos simplificadas y menos costosas; promoviendo el trabajo no declarado; pagando salarios más bajos a las mujeres que a los hombres; recurriendo al trabajo infantil; no pagan el seguro social; aprovechan las ayudas públicas para favorecer al empleo, pero sin crear puestos estables; etc.

- Engañar a los consumidores: manipulan sus necesidades para incitarlos a comprar y a endeudarse, les hacen creer que un producto es durable en consecuencia que no lo es (obsolescencia programada); ponen en peligro la salud de los consumidores, envenenando la alimentación (vegetal o animal) con productos químicos cuyos efectos secundarios no son controlables; etc.

- Descuidar la protección del medio ambiente: contaminan el aire, el agua y la tierra; talan indiscriminadamente los bosques; tratan los océanos como si fueran vertederos; explotan los recursos no renovables, dejando sin nada a las generaciones futuras; destruyen la biodiversidad, etc.

- Trampear y corromper los Estados: practican el fraude y la evasión fiscal; sobornan a los políticos y a los funcionarios; exigen de los gobiernos regalos fiscales; deslocalizan las empresas importantes para la economía del país; etc.

- Privatizar los bienes comunes: La privatización de ciertos bienes (la educación, la salud, la justicia, las pensiones, las políticas sociales y culturales, la información, las comunicaciones, el agua, el aire, los recursos no renovables, …) es contraria al interés general: la clase dominante neoliberal trata estos bienes como mercaderías destinadas a hacer ganancias, cuando en realidad, son bienes comunes necesarios al bienestar individual y colectivo de la humanidad

- Practicar imperialismo: exigen condiciones ventajosas (pocos o nada de impuestos, salarios bajos, libertad para expatriar ganancias, etc.) para invertir en países dependientes; corromper a los líderes políticos, hacer tráfico de armas y de drogas; injerencia política para eliminar físicamente a dirigentes políticos, sindicalistas, periodistas; etc.

- Atropellar los derechos humanos: invierten en los países que no respetan las libertades ni los derechos democráticos; desplazan las empresas ubicándolas en países donde los sindicatos están prohibidos y reprimidos; atropellan los derechos de los “pueblos originarios” cuyas culturas son diferentes; hacen trabajar a niños y mujeres en condiciones peligrosas; etc.


Hemos nombrado más arriba las principales prácticas inmorales e incívicas (es decir, contrarias al interés general) a las cuales han recurrido las empresas comerciales y financieras que son las que constituyen la clase capitalista neoliberal. Al mismo tiempo hemos nombrado los desafíos de la lucha de clases en el siglo XXI. Es absolutamente necesario pararlos si queremos evitar una catástrofe ecológica y social, debemos impedirles que sigan haciendo más daño para satisfacer sus intereses privados, hay que hacer prohibir legalmente dichas prácticas, en definitiva, obligarles a convertirse en una clase dirigente y no dominante.


8- ¿Porqué la clase neoliberal se comporta de manera tan incívica?


Esta tendencia “espontánea” se explica por la doctrina liberal que rige las relaciones que los miembros de la clase empresarial mantienen entre ellos. La competencia en la que se enfrentan los incita a ignorar el interés general y a privilegiar los intereses privados. Debemos preguntarnos, ¿Qué pasaría si en los hechos, uno de ellos se negara (por la razón que sea) a recurrir a prácticas incívicas? Sus costos de producción aumentarían, su competitividad disminuiría y por ende, sería rápidamente eliminado del “juego” por los más incívicos que él. Entonces, el espera que comiencen los otros, o bien, de estar legalmente obligado, ¡(es decir, por la intervención política del Estado o por un conjunto de Estados)! Es entonces, ésta, una lógica relacional (la de la competencia), la que hace que se comporten de esta manera y no una falta de calidad humana, moral o cívica que no vamos a juzgar aquí (por supuesto que también puede ser el resultado de las dos combinadas).

El credo liberal (el de Adams Smith) muestra aquí su verdadera cara: la “mano invisible” del mercado es también ciega, inmoral, incívica y además loca; porque elimina a sus propios adeptos para concentrar la riqueza en las manos de los aún más fuertes, es decir, los más competitivos. Es entonces, claro y evidente que el credo del liberalismo (según el cual “la suma de los intereses individuales conduciría al interés general, gracias a la mano invisible del mercado”), es una mistificación ideológica. Es evidentemente falso, pero es, lo que los liberales de ayer y los neoliberales de hoy están obligados de creer y sobre todo hacer creer. Al contrario, ésta “mano” supuestamente benéfica nos conduce al desastre (ecológico, social, económico y político) y solo sirve para justificar los comportamientos inmorales e incívicos.


Es necesario insistir en el hecho de que la lógica de la competencia es particularmente perversa. En el mundo de hoy, a pesar de los bellos discursos y promesas (que no se cumplen) la clase capitalista neoliberal y los estados que colaboran con él, conducen la humanidad a la catástrofe. Todos estamos debidamente advertidos que vamos derecho “contra un muro”, la violencia esta en todas partes, el miedo, también la pandemia, la intolerancia reina, la extrema derecha gana en la opinión pública, la naturaleza ya no soporta a la especie humana, las revueltas se expanden... Todo el mundo sabe lo que hay que hacer, pero… ¡Todo continúa! ¡Todo el mundo espera que sea el otro el que empiece! Estamos al borde del precipicio y haremos… ¡“un gran paso hacia adelante”!


9- ¿Cómo combatir el capitalismo neoliberal?


Según el análisis precedente, deberíamos crear en cada país del mundo, un movimiento cívico socialista, potente y organizado, capaz de ejercer sobre los dirigentes políticos de los Estados, una presión suficientemente fuerte para imponer a la clase empresarial neoliberal, las regulaciones políticas que prohíban legalmente y que castiguen severamente las prácticas incívicas contrarias al interés general.


¿Fácil es decirlo, piensa usted? Es verdad, pero, sin embargo, es lo que hizo el movimiento obrero, digamos, entre 1890 y 1960, y casi en todas las partes del mundo. Ello tomó más de medio siglo, ... pero, lo hicieron. Y es eso lo que nos condujo al Estado de Bienestar. Por supuesto lo que hicieron es único en la historia y no se puede repetir de la misma manera. ¿Porqué? Porque las clases sociales no son las mismas que ayer y las luchas sociales han cambiado muy radicalmente. Sin embargo, el camino para hacerlo sigue siendo válido.


En concreto, hay que seguir siendo socialista, pero, ¡hay que serlo de otra manera!

Crear un movimiento social es siempre: a) Establecer una solidaridad entre los miembros de la clase dominada: “nosotros”; b) Luchar contra una clase dominante: “contra ellos”; c) Para exigir ciertas reivindicaciones legítimas: “…en nombre de…”; d) Utilizar ciertos métodos de lucha: “¿Cómo?”. Esto no tiene nada de nuevo: es válido para todos los dominados del mundo, para todos los “maldecidos" de la tierra”, desde los albores de la humanidad.

a-. ¿“Nosotros”? “Nosotros la clase de ciudadanos-consumidores de este país, manipulados y engañados, frustrados en nuestras expectativas de vida personal, amenazados por el entorno social, económico, político y también el medio natural en el cual debemos vivir”;


b-. ¿“Contra ellos”? “Contra la clase empresarial y financiera neoliberal, cuyas prácticas son incívicas e inmorales y contra los dirigentes políticos de nuestros países que les dejan hacer y que muchas veces se convierten en cómplices”.


c-. ¿” En nombre de”? “En nombre de las siete demandas fundamentales y legítimas expresadas en el punto 7d de este documento”. Y que exigimos sean objeto de leyes que prohíban y sancionen estas prácticas contrarias al interés general.


d-. ¿” Cómo”? ¡Esta es la pregunta!! Porque obviamente el método privilegiado utilizado por el movimiento obrero, la huelga, se ha vuelto ineficaz: ella amenazaba los intereses estratégicos de la burguesía capitalista industrial (reduciendo la plusvalía producida por el excedente del trabajo), pero es mucho menos eficaz hoy que se trata de combatir las ganancias comerciales y financieras de los comerciantes y especuladores neoliberales. Por lo tanto, debemos inventar otra cosa. ¿Qué? ... Seamos lógicos y claros: la huelga laboral fue eficaz en el pasado, la huelga del consumo lo será mañana. Atacar la clase dominante neoliberal, aquí y ahora, es boicotear, entre las empresas, (sobre todo los bancos) aquellas que no respetan el medio ambiente, ni a los Estados Nacionales, ni a los consumidores, ni a los trabajadores, ni los bienes comunes, ni a los países dependientes, ni a los individuos, ni los Derechos Humanos, …


El movimiento cívico socialista debería entonces alentar a sus miembros a que dejen de comprar productos (bienes y servicios) de las empresas neoliberales cuyas practicas son incívicas e inmorales. Además, debería presionar a los líderes políticos de sus países para que promulguen y aprueben leyes que castiguen tales prácticas. Más aún, los dirigentes de estas empresas deberían estar obligados por la ley a firmar un contrato de responsabilidad social y medioambiental, en la cual se comprometen a no ejercer prácticas que se han vuelto ilegales. La huelga de consumidores se convertiría así en el equivalente funcional de la huelga laboral, porque las empresas que firmen este contrato serían más competitivas puesto que las que se nieguen a firmar serían boicoteadas. Seamos claros: el objetivo del boicot no es matar la empresa (nadie tiene interés), sino obligarlas a velar, por lo menos, tanto por el interés general como por los intereses privados de sus accionistas, colaboradores, es decir, obligarlos al fin, a ser “dirigentes”.


Finalmente, los iniciadores de tal movimiento social podrían hacer un uso intensivo de las nuevas tecnologías de comunicación: sería una forma de volver sus propias armas contra la clase dominante neoliberal. Esto permitiría completar o incluso remplazar las grandes manifestaciones callejeras por peticiones, gracias a las cuales sería posible involucrar a millones de personas más para obtener de un banco o una empresa que firme un contrato de responsabilidad social y ambiental y, boicotearla si no cumple sus promesas.


Para concluir, quisiera agregar una observación importante. Los movimientos sociales que resisten o buscan alternativas al capitalismo neoliberal, son numerosos pero están divididos y dispersos en el mundo por lo tanto, impotentes, no asustan ni a los dirigentes económicos ni a los dirigentes políticos. Cada uno trabaja los temas que les parece importantes y que conciernen las necesidades de sus miembros: los altermondialistas, las mujeres, los pueblos originarios, los homosexuales, los ambientalistas, los indignados, los anarquista, la economía social solidaria, la economía de transición, los partidarios del decrecimiento, los chalecos amarillos, etc… ¡Yo he encontrado mas de veinte! su cantidad refleja la importancia del malestar que pesa hoy sobre el mundo pero también la dificultad que tienen para ponerse de acuerdo en el análisis de la lógica del capitalismo neoliberal. Sin embargo, para luchar contra esta lógica, primero hay que conocerla bien y saber como funciona.

Creo y espero que la formación en cada país de un movimiento cívico socialista, cree las condiciones para unirlos en una sola fuerza, suficientemente poderosa para impedir las catástrofes que se nos avecinan.


Notas

[1] Marx decía (en su Introducción a la Critica de la Economía Política) que si había descubierto algo importante era la “contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción” y de ahí concluyó que el motor de la historia es “la lucha de clases”. En este punto tenía mil veces razón. [2] Nótese que son procesos del mismo tipo, aunque muy diferente, los que explican la transformación de los esclavos en siervos, la de siervos en artesanos, la de artesanos en proletarios y más recientemente la de los proletarios en consumidores. En este sentido el descubrimiento de Marx es en realidad genial. [3] Aquellos que, siguiendo los propósitos de Marx, no dejan de repetir que el capitalismo ha cavado su propia tumba, que esta moribundo y que va a colapsar… están seriamente equivocados, y; lo que es mas grave, se quedaron estancados en el modo de producción precedente (el capitalismo industrial y el análisis de Marx). Y al mismo tiempo no pueden soportar la idea que el movimiento obrero fuera hoy superado por su propia historia. [4] “Tener para ser”. La diferencia entre “ser” y “tener” es muy sutil. Quino (el gran filósofo y sociólogo argentino, que es también el “papa” de Mafalda), lo hace decir muy claramente a Manolito (el hijo del almacén de Don Manolo): “pero, ¡si el que no tiene, ni siquiera es!” [5] Subrayemos que esto es lo que el movimiento obrero supo hacer, de manera muy inteligente: abordar lo estratégico que permitiría a la burguesía reproducirse y crecer. Exigían precisamente lo que ella no podía dar sin disminuir sus ganancias, es decir tres cosas: el aumento de los salarios, reducción de la jornada laboral y el seguro social. Cualquiera de estas concesiones hechas por la burguesía a los sindicatos de trabajadores, se traducía inmediatamente en una aumentación del tiempo de trabajo necesario y por ende una disminución del tiempo de trabajo extra y por tanto, de la plusvalía absoluta. Esta disminución fue compensada solo con una aumentación de la plusvalía relativa, la cual dependía del progreso técnico (producir más en menos tiempo gracias a la introducción de máquinas más eficientes). Hecho esto, el movimiento obrero pudo ligar el progreso social al progreso técnico, exigiendo una nueva distribución de las ganancias obtenidas por la productividad del trabajo.

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