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Hacer lo correcto por Jorge Oyarzún Castañeda

Actualizado: 3 feb 2022

Han pasado más de dos semanas desde que se conociera la propuesta programática de la candidatura presidencial del Nuevo Pacto Social, del cual el PS es parte. Como es habitual no hay opiniones y seguramente pocos, muy pocos la han leído y aún menos han comprendido las implicancias que tiene esa propuesta. Como es habitual entrego mi opinión por escrito porque creo es mi deber hacerlo ante tanta mediocridad de la dirección nacional partidaria.

 


El XXXI Congreso del PS señaló un rumbo para superar el modelo neoliberal hacia una sociedad posneoliberal, identificando al neoliberalismo como una fase de la globalización capitalista. A mayor abundamiento, destaca que el propósito del PS es superar el modelo neoliberal por una alternativa democrática, nacional, de desarrollo igualitario, feminista, inclusivo, sostenible, con implantación en los territorios, basado en valores humanistas, que congregue y represente a las grandes mayorías, cuyo fin sea el bienestar de todos los ciudadanos y ciudadanas como miembros de una comunidad, lo que se debería plasmar en un programa que supere el neoliberalismo.

Esta perspectiva de gran alcance no se sustentó en un análisis más profundo del modelo neoliberal y una caracterización económica más acabada de la sociedad chilena. Lo anterior explica en gran medida la falta de previsión del PS ante el estallido social de octubre de 2019 y los vaivenes en sus definiciones estratégicas posteriores, especialmente en su política de alianzas y ante el proceso constituyente desatado por ese estallido. Una consecuencia de estos vaivenes es la imposición de la cúpula partidaria de una autodefinición del PS como de “centro izquierda” que no ha sido decidido en ningún congreso y contraviene un principio fundamental de la unidad socialista de 1989 cuando se comprendió ese proceso unitario como la casa común de la izquierda. La consecuencia más nefasta de esta definición impuesta es el privilegio de alianzas políticas con el llamado “centro político”, cuando objetivamente en la sociedad chilena acaso poco más del 10% de la población podría ser ubicada en ese “centro” y, al contrario, la inmensa mayoría nacional sobre el 80% de las familias son de trabajadoras y trabajadores.

Con todo, el XXXI Congreso fue un importante avance, aunque el resultado de las elecciones internas de 2018 instaló una directiva que ha llevado al PS al peor momento de toda su historia partidaria. Ejemplos sobran como: la fallida participación del PS en las primarias legales porque aliados nuestros simplemente no comparten definiciones programáticas fundamentales que estaban a la base de esas primarias; el retroceso respecto al XXXI Congreso que quedó plasmado en el documento “Bases y Fundamentos de una Propuesta Constitucional Progresista” donde si bien hay buenas propuestas también hay posiciones que no son aceptables: UNA, se acepta el neoliberalismo por el simple derrotero que “parece ser difícil de eliminar”, correspondiendo sólo adoptar medidas que hagan este modelo menos extremo; DOS, se deja abierta la posibilidad de no modificar sustancialmente el estatuto constitucional de la propiedad, un eje clave del modelo neoliberal chileno y que lo caracteriza.

Con la candidatura de Paula surge el documento “Programa de Gobierno” que es un extraordinario avance muy coherente con lo resuelto en el XXXI Congreso y que tomó distancia respecto del “Bases y Fundamentos”. Fue refrescante y hasta tranquilizador leerlo y conocer sus propuestas.

Pero, al revisar el documento de la candidatura presidencial del Nuevo Pacto Social “Bases para la Unidad Programática de la Centro Izquierda”, se devela el verdadero propósito de la directiva nacional del PS en el actual escenario político: adherir programáticamente a un nuevo ciclo de expansión neoliberal en nuestro país, contraviniendo abiertamente lo resuelto en el XXXI Congreso.

En el documento “Bases para la Unidad Programática de la Centro Izquierda” no hay ni una sola referencia al neoliberalismo ni al modelo neoliberal que, al no reconocerlo como tal, no se le identifica como algo a superar o cambiar. Este documento tiene una serie de propuestas que podemos compartir, pero, al valorar el sentido general y fundamento político que sustenta al conjunto de esas propuestas se trata de bases programáticas de continuidad y profundización del actual modelo de desarrollo, no se propone cambiarlo, solo propone un proceso de discusión en un horizonte de 10 años, nada más. El documento igualmente se ubica en una posición poco clara respecto al estallido social al cual pretende representar, a pesar que hoy es absolutamente evidente que el estallido social fue una amplia y masiva manifestación de rechazo al modelo heredado de la dictadura y profundizado durante los 30 años posteriores. El documento intenta posesionarse como una continuidad en el desarrollo de políticas públicas claramente subsidiarias que no cambian el modelo de desarrollo ya que no toca ninguno de sus pilares fundamentales, ni siquiera las AFP. La propuesta programática del documento es evidentemente “modernizadora” y no “reformista”, lo que significa que aspira continuar mejorando lo obrado los últimos 30 años y no reformar para algo distinto. Esto es importante declararlo porque no tiene ni recoge nada de la radicalidad de la protesta social que permitió abrir el debate constitucional por primera vez en la historia de Chile, además de ser contrario a lo decidido en el XXXI Congreso partidario. No pretendemos profundizar más en este asunto, más bien invitamos a leer todos y cada uno de los cuatro documentos citados y formarse su propia opinión. Lo señalado nada tiene que ver con la candidata presidencial de Nuevo Pacto Social, reconocemos en ella una mujer y política de respeto y consecuente.

El punto principal a tener presente es otro. ¿Cómo es posible que la dirección partidaria concordara participar en una consulta ciudadana sin un acuerdo programático de base que estableciera la superación del modelo neoliberal como eje fundamental, por tanto, coherente con las resoluciones del XXXI Congreso? Es evidente que desde un principio las posibilidades de Paula eran escasas para ganar esa consulta ciudadana por mucho voluntarismo que se empeñara en su campaña como lo hicieron muchos y muchas militantes. Además, a la luz de los resultados de las primarias legales tampoco había posibilidad alguna de ganarlas. Desde un inicio los datos objetivos de todos los sondeos de opinión mostraban que ni en primarias legales ni en una consulta ciudadana la ganaría el PS. Entonces, ¿para qué ir a una consulta ciudadana que se sabía el PS tenía las más altas posibilidades de perder? Y lo que es más grave ¿para qué ir a una derrota segura sin un acuerdo programático de base coherente con lo decidido en el XXXI Congreso y la propia propuesta programática que dio sustento a la candidatura de Paula? Hay que decirlo claramente: entre el programa de Paula y del Nuevo Pacto Social no hay vasos comunicantes claros. Dicho de otra forma, el programa de Paula claramente no era del gusto de la actual dirección partidaria y lo usaron para llegar al programa del Nuevo Pacto Social que les garantiza continuidad para un nuevo ciclo de expansión neoliberal sin cambiar ese modelo. Eso es siempre lo que ha buscado esta dirección partidaria que adhiere al actual modelo más allá de cualquier retórica mediática o interna.

¡ESTO NO FUE CASUAL!

El programa de Paula su uso para amarrar la militancia a un callejón sin salida que, tras la derrota prevista, solo quedaría cumplir los compromisos apoyando la opción ganadora, pero esta vez en base a un programa que no se propone cambiar el modelo neoliberal, solo mejorarlo porque “parece ser difícil de eliminar”.

Aquí hay dos cosas claras: UNA, la militancia ha sido engañada por la dirección nacional y llevada a un escenario de falsa legitimidad para favorecer posiciones oportunistas de derecha enquistadas en la cúpula del liderazgo socialista; DOS, la dirección nacional y el propio comité central han desechado, sin tener la autoridad para ello, las resoluciones del XXXI congreso partidario al no cumplir con su deber de garantizar un mínimo programático claramente de superación del modelo neoliberal que se expresara en la propuesta programática de la coalición Nuevo Pacto Social, de esta forma cometieron una grave transgresión por la que deben responder.

Las recientes resoluciones del Comité Central que deja para marzo las elecciones internas y para mayo la realización de un XXXII congreso, son una respuesta abusiva para eludir la responsabilidad que les cabe y seguramente ya están amañando esos procesos partidarios. Esta dirección ha vulnerado gravemente las definiciones políticas fundamentales que el PS adoptó para este periodo, ante lo cual los militantes deben unirse para derrotar internamente a la actual dirección partidaria y quienes representen su nefasta continuidad. No es aceptable seguir apoyando a quienes han despreciado una mínima lealtad que le deben a la militancia, es indigno lo que han hecho, típico del abusivo oportunismo de las posiciones socialdemócratas de derecha y otras pseudoizquierdistas que pretenderán seguir controlando el PS.

Lo podrido de la actual situación impide que la dirección partidaria pretenda sancionar a quienes no estamos dispuestos a seguir aceptando sus decisiones abusivas impuestas a la militancia, negando toda posibilidad de debate interno y entregando el prestigio del PS a intereses ajenos a las mejores tradiciones socialistas.

Los escenarios que quedan son claros y mínimos.

En lo personal seremos leales a lo resuelto en el XXXI Congreso, por tanto, no apoyaremos la candidatura presidencial de la coalición Nuevo Pacto Social porque se sustenta en un programa que aspira modernizar el actual modelo neoliberal chileno.

En consecuencia, apoyaremos la candidatura presidencial de Apruebo Dignidad que se sustenta en una plataforma programática que apunta a superar el actual modelo neoliberal. Esta es la decisión correcta y tenemos confianza que será la ganadora.

La militancia o lo que queda de ella, debe reaccionar o definitivamente ya no habrá nada que hacer. Los candidatos y candidatas socialistas deben pronunciarse.



JORGE OYARZÚN CASTAÑEDA oyarzun.castaneda@gmail.com Militante Socialista, Chiguayante Región del Biobío Octubre 2021

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