1. Dentro de los objetivos fundacionales de Plataforma Socialista (PFS) ha estado terminar con la Constitución del 80, como factor estratégico para avanzar hacia una sociedad postneoliberal y una Constitución plenamente democrática. La derrota del plebiscito del 4 de septiembre ha sido un golpe en estas aspiraciones, un retroceso para nuestras ideas y valores y una oportunidad histórica perdida. Corresponde asumir autocríticamente lo ocurrido. Pero debemos ponernos de pie, enfrentar el nuevo escenario y derrotar la restauración conservadora y el avance de la extrema derecha que pretende imponerse. En definitiva, dejar atrás la Constitución del 80 sigue siendo un objetivo central de nuestro quehacer político.
2. Previo al acuerdo adoptado por el Congreso y los partidos políticos en torno a reiniciar el proceso constituyente, Plataforma Socialista emitió dos pronunciamientos respecto a las condiciones democráticas mínimas para llevar adelante el nuevo proceso, para que éste contara con la legitimidad democrática necesaria. En lo esencial, dichos escritos abogaban por una convención constituyente íntegramente elegida, respetando la soberanía del pueblo.
3. El acuerdo finalmente adoptado considera como instancias democráticas una Convención Constitucional con 50 miembros electos por la voluntad popular y un plebiscito de salida. Como aspectos que coartan la expresión de la soberanía, se encuentra la definición de los llamados “bordes constitucionales”; la elección -por parte del Congreso- de expertos y de una Comisión técnica de admisibilidad, cuya labor será velar por el cumplimiento de los llamados bordes. Se configura así un proceso de deliberación y redacción de una nueva Constitución que nace con mecanismos que buscan tutelar la expresión de la soberanía popular.
4. Existe consenso dentro de Plataforma Socialista en considerar que estamos frente a un acuerdo insatisfactorio y que no cumple nuestros mínimos democráticos, en algunos de sus aspectos. Así, existe el riesgo de que nuestra participación termine legitimando un cambio cosmético de la actual Constitución. A su vez, restarnos del proceso nos impediría aprovechar esta reapertura de un nuevo momento constituyente y transformarla en una oportunidad para repolitizar y resignificar este escenario político que se abre. No sería la primera vez que actuamos en escenarios restringidos y adversos, ni tampoco la primera que hemos logrado dar vuelta a favor de los intereses populares un escenario concebido para derrotarnos.
5. En el contexto de una crítica al acuerdo, de una denuncia sobre sus insuficiencias democráticas y de hacer los últimos esfuerzos por mejorar el acuerdo en la Cámara, pensamos que no debemos restarnos de participar del nuevo escenario político, que por lo demás dominará la agenda de 2023. Nuestra participación se debe dar desde un discurso democratizador y que ponga en el centro la participación activa de la sociedad civil y de los movimientos sociales. La nuestra debe ser una participación crítica, poniendo los temas de una constitución verdaderamente democrática, que reconozca mínimos civilizatorios y derechos sociales universales y garantizados. Lo que necesitamos es una Constitución que permita que la soberanía popular pueda expresarse sin condiciones ni cortapisas.
6. No obstante, las críticas y aprensiones señaladas, como Plataforma Socialista hemos decidido participar de este nuevo proceso constituyente, velando porque éste nos permita salir de la Constitución del 80, lo que significa terminar con los enclaves contramayoritarios y con disposiciones que protegen el modelo neoliberal. En este sentido, necesitamos una constitución inequívocamente democrática que emancipe la soberanía popular y que los proyectos e ideas puedan competir democráticamente sin restricciones.
7. Existe un amplio acuerdo dentro de PFS de participar en la elección de los 50 constituyentes. Es una instancia democrática que se condice con las exigencias señaladas en nuestras declaraciones. También existe acuerdo en que debemos participar con una identidad, un discurso y una práctica propia, reinterpretando y superando los bordes con una perspectiva democrática, de mínimos sociales y civilizatorios, feminista, reconocimiento político de los pueblos indígenas y un modelo de desarrollo sustentable ecológicamente.
8. Sobre las otras dos instancias -comisión de expertos y comité técnico de admisibilidad- se trata de espacios que nos merecen una seria crítica por el rol tutelar que se les ha asignado, vulnerando los fundamentos de la soberanía democrática constituyente que debe regir en estos casos. Sin embargo, dado el rol determinante que se les ha asignado en la construcción de la nueva Constitución esperamos que dichas instancias sean integradas por personas que respeten las decisiones que adopten los/as 50 convencionales elegidos democráticamente y que su trabajo se remita a aspectos de naturaleza técnica, de acompañamiento y no decisorios. Este es un asunto de especial preocupación para PFS y en el cual se juega la legitimidad democrática del proceso, para lo cual intentaremos incidir vía Apruebo Dignidad (AD) y sus bancadas parlamentarias.
9. En definitiva, se ha abierto un nuevo momento constituyente, mucho más restringido y menos democrático que el anterior. Con todas sus dificultades, creemos que en gran medida la política y el vínculo con la ciudadanía pasarán por este nuevo proceso constituyente y debemos estar allí. De nuestra capacidad de darle profundidad democrática, ciudadana y popular al proceso dependerá que el objetivo de salir de la Constitución del 80 pueda hacerse realidad. Llamamos a trabajar, a organizarse y movilizarse en torno a esta tarea a todos/as los socialistas en la próxima etapa. Plataforma Socialista
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