Tomas Manuel Fábrega presenta su primer libro de poesía. Aquí nos habla de qué experiencia y materiales nace este libro. De las expectativas y temores que levanta la ciudad de Santiago. Nos habla de sus influencias poéticas. Y también de lo que significa hoy ser poeta y socialista.
¿Cómo definirías tu primer libro de poesía?
Como un libro que me quemó las pestañas jajaja. Pero hablando en serio (algo que me cuesta mucho) es un poemario que nació de largas caminatas por Santiago y en ellas hubo de dos tipos, las literales, la de pasear por la capital especialmente en la noche, algo que hoy es muy difícil de hacer, y las literarias pues me nutrí de antiguos santiaguistas, gente que disfrutó a concho Santiago hace algunos largos años.
Pero, por cierto, es un libro que nace del temor de que nuestra amada ciudad sea inviable en un futuro cercano y que tengamos que abandonarla por sequía. En el sentido estilístico creo que es una obra literaria transparente, poco hermética, poco posmoderna. Pero bueno, creo que explicar esos motivos e inspiraciones del libro permiten definirlo de alguna manera.
¿Y por qué Santiago? ¿Por qué no otra ciudad u otro lugar?
Hace muchos años, desde el colegio, me preguntaba y le preguntaba a mis amigos por nuestra desafección con la ciudad. Era y es recurrente escuchar la expresión “Santiasco”. Desde entonces he tratado de ir reflexionando sobre cómo habitar esta ciudad, cómo tratar de que sea un lugar más ameno y mejor para todos. Creo que para querer transformar una ciudad o un país lo primero que hay que hacer es quererlo. Sin pasión o sin amor por los lugares a los que pertenecemos nuestras ansias de cambio pueden ser reemplazadas muy fácilmente.
¿Con qué línea de la poesía chilena la sienten cercana, que influencias reconoces?
Con tu pregunta pienso en mi querido amigo y maestro, aunque no le gustaría que le dijera así, Armando Roa Vial que señala que sólo un muy mal poeta no reconoce sus influencias. Es cierto que uno siempre buscará una voz propia, pero es poco honesto pensar que uno es pura novedad.
En lo personal y por suerte no sólo en personal, sino que también en lo colectivo, pienso en mis amigos poetas jóvenes, me siento muy cercano a la tradición del larismo chileno. Esto es toda la poesía que irradió Efraín Barquero, Rolando Cárdenas, Jorge Teillier, Marino Muñoz Lagos, entre otros. Es una poesía nostálgica, del arraigo y defensora de una vieja edad de oro.
Pero también siempre he sido muy seguidor de Pablo de Rokha. También he leído mucho a Stella Díaz Varín, por cierto, una poeta socialista. Eso en lo chileno, en lo universal soy alguien muy influenciado no sólo por las ideas socialistas sino que por el pensamiento de un Henry David Thoreau o un narrador como Herman Melville. Todos ellos me están surrando de alguna manera cuando escribo.
Hay una tradición de poetas y escritores socialistas, Hector Barreto quizás fue el primero, más contemporáneamente Aristóteles España. ¿Cómo ves ese desarrollo de una literatura dentro de la tradición socialista chilena?
Pienso que ahí todavía hay un mundo que descubrir, es casi un sentido común reconocer que la derecha ha tenido poca influencia en la “alta cultura” chilena, o al menos, en el último siglo sus artistas y sus intelectuales no destacaron por sobre los nuestros. Ahora, también se reconoce vastamente la militancia comunista de muchos artistas.
De Aristóteles España, reconozco que durante la dictadura se transformó en el vate de la prisión de Isla Dawson y en esa condición denunció sus horrores con versos como este “anoche al acostarme/ escuché ladridos/ en algún lugar del campamento/ y no eran perros/”.
Creo que en nuestro mundo socialista hay más trabajadores intelectuales de los que podemos sentir orgullo. Pienso en una Stella Díaz Varín por ejemplo, que hoy es muy leída por la gente interesada en la poesía. También está el caso del poeta Manuel Silva Acevedo, Premio Nacional de Literatura que tuvo una militancia socialista en la UP mientras que Óscar Hahn, otro Premio Nacional de Literatura no fue militante PS, pero ha dicho que en el Pedagógico le atrajeron las ideas del socialismo.
Pero ya te digo, sin ser un estudioso de estos poetas socialistas sí me atrevo a decir que recogieron muy bien la naturaleza antidogmática de nuestra cultura política. La poesía de ellos no fue panfletaria. Además, reconozco que tuvieron liderazgo, algunos de los nuestros condujeron la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), el socialismo dirigió la asociación a través de los poetas Julio Barnechea y Guillermo Atías y del propio Manuel Rojas quien la encabezó en tres ocasiones.
Más indirectamente, me gustaría confesar que pensé muchas veces en Héctor Barreto, en sus periplos por una calle imposible de no querer como San Diego y sus juntas con sus tropas de amigos por el café Miss Universo.
¿Cuándo y dónde se lanza el libro? ¿Dónde se puede conseguir?
El libro lo vamos a lanzar mañana martes 9 de agosto en el Bar Restaurant Las Tejas (San Diego 236). Ese es el primer lanzamiento. El “vamos oficial”. Pero, aunque suene extraño e imposible, ya estamos en conversaciones para dos lanzamientos más en otros lugares, uno será en octubre y otro en noviembre. Me parece bien porque a los libros y en especial a los libros de poesía hay que darles respiración boca a boca cada cierto tiempo para que no fallezcan tan rápido.
Por ahora el libro se puede conseguir en la página web de Ril Editores y yo estoy con algunos ejemplares para vender también. La editorial comentó que una vez que se dé el primer lanzamiento el libro llegará a algunas librerías.
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