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  • Foto del escritorAldo Frites

“Debemos extraer lecciones del proceso histórico que condujo al triunfo del 4 de septiembre de 1970"

Está entusiasmado con trabajar en un ciclo de foros y otras actividades que prepara Plataforma Socialista con motivo de los 50 años del triunfo popular. “El nuevo proyecto socialista debe tener más futuro que pasado” ─dice Jorge Arrate─ pero reivindica que este debe tener señas de identidad históricas. A continuación, el ex ministro y ex Presidente del PS entrega su visión sobre este cincuentenario y sus significados.

 

¿Por qué recordar la UP hoy? ¿Qué valor puede tener ese gesto 50 años después?


Hay muchas buenas razones. El triunfo de la UP fue un acontecimiento de resonancia mundial, también la originalidad de su proyecto. Y su derrota. Allende se comportó como héroe y defendió sus ideas con su vida.


Sin embargo, lo que motiva a Plataforma Socialista a organizar una serie de foros sobre el cincuentenario de la victoria de la UP es la pregunta: ¿cómo pudo constituirse un movimiento popular como la UP? ¿Cómo articuló lo social y lo político? ¿Cómo generó sus acuerdos básicos?


Examinar este tipo de cuestiones requiere de un análisis crítico que advierta las grandes diferencias entre la actualidad y el mundo en que Chile estaba inserto hace cincuenta años. Y que ─esa es la esperanza─ descubra elementos que sirvan para la gran tarea futura de la izquierda. Ni calco, ni copia, dijo Mariátegui. De eso se trata. Pero la UP es un gran motivo de inspiración.


¿Cómo definirías el camino que conduce al 4 de septiembre de 1970? ¿Cómo se construye esa victoria popular?


Pedregoso y largo. No fue en línea recta, tuvo retrocesos. Converger y unirse fue un proceso difícil, a veces de amargas disputas. Habitábamos un mundo bipolar y América Latina estaba remecida por el impacto de la Revolución Cubana. Pero el de Allende fue un camino institucional con fuerte apoyo de masas. Participó en cuatro campañas presidenciales, en la primera desde fuera del Partido Socialista. A partir de allí, hubo veinte años virtuosos hasta el triunfo de septiembre de 1970. Es interesante intentar aprender de ese camino que condujo al 4 de septiembre de 1970.


En medio de la pandemia y de los ecos del 18-O ¿qué significado puede tener hoy reconstruir un proyecto popular, democrático y socialista? ¿Qué tanto pasado y qué tanto futuro hay que poner en ese esfuerzo?


El 18-O puso en evidencia las miserias del modelo neoliberal y la emergencia de una voluntad popular de cambio profundo. Para los escépticos e indiferentes la pandemia ha desnudado la realidad injusta y desigual que vive la mayoría de los chilenos. Uno podría especular que el grave remezón social que significó la crisis mundial de 1929 desató en los años treinta energías sociales nuevas que abonaron el aluvional crecimiento socialista y un auge comunista. En la actualidad resurgen energías dormidas, pero aún no sabemos cómo se concretarán en la realidad política. Ojalá se constituya un nuevo proyecto popular, que sume, potencie los acuerdos y respete diferencias. Es una necesidad para que los chilenos logren una vida digna.


Creo que ese proyecto es mucho más futuro que pasado, pero nuestras señas de identidad deben ser la brújula y el sello.


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